domingo, 12 de enero de 2014

VIRGINIA TORO

Mis padres en varias ocasiones me han contado anécdotas de su formación universitaria como psicólogos, allá en los años 70. La mayoría de estas historias tienen que ver con los estudios de caso que debían realizar sobre los pacientes del hospital psiquiátrico.

Un caso que desde pequeño me llamó poderosamente la atención fué el de Virginia Toro, una señora esquizofrénica. Ella, en su demencia, desarrolló lo que se conoce como una estereotipia verbal. Cada vez que se le preguntaba su nombre, ella respondía con una precisa e incoherente secuencia de palabras. Siempre las mismas.

Mi papá solo recordaba un pedazo de la oración: Tierra pezuña veinte mujeres
Esa combinación inusual de palabras me causaba curiosidad, tenía cierto valor poético. ¿Qué significado habrá tenido en la mente de Virginia? ¿Qué dimensión del pensamiento genera algo así?

Por varios años insistí a mis padres que buscaran el texto completo, pero no habían guardado sus apuntes de esa época. Sólo recientemente, a través una colega de la misma generación, se pudo dar con lo siguiente:

Mallucaray marcareta
Tierra pezuña 20 mujeres
Casa habitación hotel
Las mismas preguntas
Las mismas contestaciones
Llaman Virginia Toro
y contestamos los llamados

Indagando un por internet, pude encontrar un dato más sobre Virginia Toro. Ella era admirada y visitada frecuentemente por unos poetas, del grupo La Mandrágora, los primeros surrealistas chilenos. Ella les decía sobre cómo había llegado flotando en miguitas de pan

Al parecer, yo no he sido el único fascinado con este talento inusual… ¿Seré el último?

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