miércoles, 30 de junio de 2010

JANIS JOPLIN

Hoy quiero presentarles a una de mis ídolos personales… ella es Janis Joplin.

Janis fue el ícono femenino de la contracultura de los años 60. La primera mujer en alcanzar el éxito en rock, ambiente plagado de testosterona. Excéntrica, pasional, drogadicta, alegre, depresiva y libertaria. Era la reina hippie por excelencia.

Tenía un estilo vocal único, cantaba con una pasión desmedida. Su voz, potente y rasposa, se paseaba entre lo sensible y lo furioso. Era intensa, muy intensa, cada canción una catarsis emocional.

Es cómo si no se pudiese separar al artista del individuo. Ella vivía para el escenario, para la canción, fuera de ese espacio sublime… ella apenas existía.

"En el escenario hago el amor con 25000 personas
diferentes. Luego me voy sola a casa"

Tocó con varias bandas una suerte de blues-rock psicodélico. Eran los 60s, ya no se hacen canciones así. La prensa se alimentaban de ella. Mientras unos la elevaban a símbolo de la liberación femenina, otros la llamaban perra babilónica.

Janis estaba grabando su último álbum. Una mañana no se presentó en el estudio. El productor, preocupado, salió a buscarla. Fue encontrada muerta en su habitación de hotel. Los forenses indicaron que había inyectado heroína de un 40% de pureza. Nunca se encontraron las jeringas, al parecer no estuvo sola.

La bruja cósmica murió a los 27 años, bajo misteriosas condiciones. Es una historia común, Jimi Hendrix, Brian Jones y Jim Morrison también murieron a los 27 años en circunstancias extrañas.

Janis abandonó el mundo en la cúspide de su carrera. Su disco póstumo, Peral, obtuvo doble platino. Más tarde, le llovieron premios y reconocimientos por su voz en múltiples revistas. Hoy, el mundo casi parece haberla olvidado. Recuérdenla.

jueves, 3 de junio de 2010

MATE

EL PICARO tiene una nueva afición… EL PICARO lee poesía… Y luego de leer poesía… EL PICARO la intenta aplicar al mundo cotidiano.

Fue en uno de esos ejercicios, luego de leer un poema de Nicanor Parra, que cambié por completo mi percepción sobre el acto de tomar mate.

El poema en cuestión habla del padre del psicoanalismo, Sigmund Freud, y su particular inclinación a imaginar penes y vaginas en todas partes.

Permítanme explicarles. Partamos por los símbolos fálicos.

Aquí tenemos todos los triángulos, figuras alargadas, cilíndricas o puntiagudas que de alguna manera resultan semejantes a la genitalidad masculina.

Lanzas y espadas, rascacielos y obeliscos, pistolas y escopetas, cetros y varitas, cadillacs y dinosaurios.

La bombilla, ese artilugio con el que se bebe el mate, es evidentemente un símbolo fálico: un cilindro metálico alargado y rematado por una cabeza.

Por otro lado están los símbolos vúlvicos (así llamaremos a las figuras asociadas a la vagina).

En esta categoría tenemos figuras como los círculos y los óvalos. También están aquí aquellos objetos que presentan un agujero o una concavidad como parte constitutiva de su naturaleza.

Donuts y rosquillas, copas y griales, cuevas y socavones, almejas y caracolas, incluso… ranas y sapos.

El mate, ese recipiente donde se acomoda la yerba y donde luego se vierte agua caliente, es un evidente símbolo vúlvico en virtud de su concavidad. Además, todo es húmedo y calientito dentro del mate.

Ahora viene el detalle juguetón. Para beber mate se debe introducir la bombilla el cuenco… ¿Captan?

Bombilla, mate, yerba, agua y calor se unen en un objeto único, a semejanza del acto carnal. Desde aquí, se bebe un intenso elixir conjugado de fluidos y simbolismos libidinosos, femeninos y masculinos.

En resumen… tomar mate es un acto de profundo misticismo sexual.



P.S.
Recuerdo cuando ella tomó mate… la bombilla estaba caliente.